La necedad de querer vivir sin tener precio

Será la necedad de vivir sin tener precio, de querer una vida mediada por el amor y la empatía, de tener de héroes a esos que no se arrodillaron frente al dios dinero e hicieron de la belleza de lo cotidiano una bandera militante.

Porque Silvio es eso, es un tributo al Pepe, al Che, a Néstor, a las Madres y Abuelas; y tan solo unos días después de que ese mismo estadio se hubiera cargado de odio, de insultos, de resentimiento, de haberse convertido en el escenario sobre el que se montó un culto al ego y a la mediocridad de quienes tienen un dólar como corazón, tan solo unos días después nos juntamos nosotros; los que queremos rendirle homenaje a una forma de vida distinta, en la que el amor al prójimo es sin condiciones, donde siempre va primero el otro, donde la caballerosidad es sin desprecio y el que te cuida nunca pide nada a cambio; una forma de vida gobernada por la empatía en la que la plata no es más que una herramienta y la competencia un ejercicio, porque la calidad humana la medimos por la capacidad de contener y acompañar a un compañero, no por el número que figure en tu billetera virtual.

Y no es que seamos naifs, en lo más mínimo. Naif es pensar que no se puede hacer nada mejor que esto, que “al odio con amor” es una consigna vacía y no la síntesis más clara del modo de construir de Néstor. De naifs no tenemos nada porque cargamos con todos los muertos, todas las persecuciones, cargamos con las injusticias, cargamos incluso con el peso de las decisiones difíciles, de las erróneas, de las soluciones parciales; porque nuestra pelea no es contra nadie en específico, porque nos duelen los atropellos, las humillaciones y el sufrimiento ajeno, porque no nos definimos por nuestro deseo de destruir a nadie sino por nuestra vocación de querer construir algo mejor.

Por eso siempre emociona ver que seguimos siendo tantos, ver que trasvasa generaciones, que hay artistas de nuestra edad que comparten escenario en un homenaje como este, que le donan las regalías de sus canciones a las Abuelas, y que van a continuar la incansable lucha de Silvio y de tantos otros por cantar sobre el lado hermoso de la vida.

A no bajar la cabeza che.