El impuestazo a los clubes
- Mateo Gomez
- 8 oct
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El pasado 28 de julio el gobierno nacional decidió aumentar la alícuota (porcentaje que se aplica a un valor para calcular cuánto se debe pagar de un impuesto o contribución) a clubes profesionales por transferencias, venta de entradas, comisión de representante, publicidad e ingresos por apuestas de transmisiones, en concepto de aportes a la seguridad social de jugadores y personal adherido.
En contraposición a un modelo que venía a “bajar” la presión tributaria, se sube la alícuota del 7,5% a un 13,06% (fijo), más 5,56% que desde la presidencia afirman que va a ser “transitorio”. Además de esto último, sube las retenciones de un 8% a un 19,12%
La disposición 16/2025 del Ministerio de Capital Humano ataca directamente a los recursos de los clubes, generando que el fútbol profesional (su principal generador de ingresos) tenga un coste cada vez más alto. Esto provoca que las instituciones deportivas dejen de generar el “excedente” con el cual se logran sostener centenares de actividades, desde deportes federados y amateurs, a las pensiones donde viven muchísimos jóvenes que vienen desde el interior del país, o prácticas recreativas como clases de danza y clubes de lectura, además otras tantas tareas de labor social y comunitaria que cumplen estas instituciones en sus barrios.
Un ejemplo reciente que expone cómo afecta la mencionada decisión gubernamental es la venta de Franco Mastantuono, gran promesa surgida desde las juveniles de River Plate. El club había establecido su precio, su cláusula de rescisión, en $45.000.00 USD. Para que el “El millonario” reciba ese dinero limpio, negoció con el Real Madrid, parte interesada por el jugador, el desembolso de unos $72.000.000 USD para pagar los impuestos correspondientes que impone la legislación española. A partir de esta nueva disposición del gobierno, River, que ya había abonado unos 5 millones de dólares por la retención, ahora especula que deberá abonar unos 7 millones más.
Para poner en contexto la magnitud del club de Núñez: el mismo emplea a más de 1.400 trabajadores, cuenta con un colegio de alrededor de 1000 estudiantes, tiene 20 deportes federados más actividades recreativas -baile, canto, ajedrez-, y posee una masa societaria de más de 350.000 personas.
Es a todo esto que el gobierno impacta con sus medidas.
En nuestro país, los clubes cumplen un rol extradeportivo en la sociedad. Los mismos, junto a las asociaciones civiles, ongs y las sociedades de fomento, son uno de los últimos contenedores sociales que ayudan a que miles de jóvenes se alejen de los problemas de la calle, los consumos problemáticos y la delincuencia.
Todo esto no es un acto meramente económico, desde el principio de su gestión, el presidente Milei, se mostró a favor del ingreso de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) a través de empresas foráneas. También se posicionó políticamente en Boca (club del cual dijo dejar de ser hincha) en reiteradas oportunidades en favor del macrismo, siendo insultado y repudiado cuando fue a votar en las pasadas elecciones de diciembre de 20232023.
El objetivo del gobierno es claro: dejar sin posibilidades económicas a los clubes para su posible quiebra y posterior venta a capitales extranjeros, algo que ya intentó, reuniéndose con el actual presidente de Estudiantes de la Plata, Juan Sebastián Verón y el empresario deportivo Foster Gillett. Llegaron a un acuerdo entre el magnate millonario y el pincharrata en el cual el empresario iba a desembolsar $400.000.000 USD. Hasta el momento, solo se le adjudica la compra de Cristian Medina por $15.000.000 USD, además de generar expectativas a jugadores de fútbol que luego termina por no incorporar por “problemas contractuales”.
Lo más interesante de todo esto, es que el discurso pro-SAD viene cargado en una fuerte crítica al fútbol local, acompañado de una explicación paternalista acerca de que los capitales extranjeros vienen a darle más competitividad, títulos y gloria a las instituciones nacionales. Parece que algunos se olvidan que las grandes hazañas de nuestro fútbol fueron con los clubes siendo asociaciones civiles, en las cuales fueron surgidos todos los campeones del mundo, no habiendo ninguno que haya surgido de una institución a manos del sector privado. Aquellos a los que tanto les gusta ver hacia afuera, se olvidan que a nivel mundial, los clubes más exitosos, desde el Barcelona hasta el Real Madrid, no son sociedades anónimas.
El problema no reside en plantear un fútbol con capitales mixtos, o con SAD. Lo que nos molesta a los que somos hinchas es la mentira y el afán de los negocios políticos en manos de unos pocos. ¿O no se enteran de los clubes que quiebran y desaparecen? ¿Que cambian su escudo, sus colores y su estadio?
No nos confundamos: su modelo no es el del Paris Saint Germain, es el del Bourdeaux, histórico club de primera división, con larguísimo palmarés, al que un grupo inversor lo llevó a la cuarta división del fútbol francés, descendiendo en 2021 de la segunda a la tercera división por problemas financieros.
En nuestro país hay un fuerte arraigo con los clubes, y más allá de sentir los colores de uno o de otro, su rol en la sociedad es mucho más amplio que simplemente deportivo. Si no fuera por las asociaciones civiles miles de jóvenes no tendrían donde caer parados. En los mismos se le da comida, techo, valores y disciplina. No se los forja solo como deportista, se los forja como personas, pero parece que ver a los jóvenes progresando por sus propios méritos con respaldo de su comunidad en un ambiente sano no es de agrado para el gobierno nacional.



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