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Democracia, paz y PERONISMO.

  • Foto del escritor: Germán Castelli
    Germán Castelli
  • hace 15 horas
  • 4 Min. de lectura
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La provincia pintada de celeste frenó la motosierra de Milei y revalidó a Axel Kicillof como conductor del distrito más importante del país.


Victoria contundente.

Con casi la totalidad de las mesas escrutadas, el peronismo se impuso ayer en la Provincia de Buenos Aires con el 47% de los votos, muy por encima del 33% conseguido por la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO. No se trata solo de una diferencia numérica importante: el mapa bonaerense quedó prácticamente íntegro pintado de celeste, con Fuerza Patria imponiéndose en 95 de los 135 municipios y en 6 de las 8 secciones electorales.


El fracaso no fue de los candidatos, fue del proyecto.

Mientras el gobierno sube los encajes y las tasas de interés (llevando el techo de la banda a $1.470), se revolean análisis “objetivos”, “sesudos”, “pertinentes” sobre la derrota del gobierno nacional en la Provincia. Entre los principales argumentos pican en punta que “los candidatos no eran conocidos” o que “no representaban a nadie”. Es cierto que en cualquier elección los nombres juegan un papel importante, pero reducir el resultado a eso es no querer ver lo esencial, lo que ocurrió fue una clara muestra de rechazo popular al modelo de la crueldad y la motosierra. No hay inflación que sirva en un pueblo sin trabajo.


El fin de la épica libertaria.

El pueblo le dijo “hasta acá llegaste” a Milei, y, en una postal de derrota, el principal referente del gobierno nacional confirmó que no habrá cambios de rumbo: la política económica seguirá su camino, e incluso, acelerará en la misma dirección. La derrota no fue sólo electoral, también fue simbólica. El dirigente que prometía “correr a la casta”, destruir el Estado y cantaba a los gritos en sus actos, terminó en los últimos días pidiéndole el voto a la gente, y, anoche, tras horas de debate interno sobre si debía salir o no, apareció acompañado por el peor séquito, dando un discurso “ultra profesional” pensado para calmar a los mercados, aceptando lo que ya era innegable, cuando “tu negocio es tan difícil de explicar, y fácil de enseñar”, pasan estas cosas.


Un gobierno al borde del abismo.

Si bien ayer la gente le dijo que no a Milei, hasta esta víspera de elecciones el poder real le seguía diciendo que sí. Desde la “Ley de Bases” hasta el rechazo del veto por la ley de discapacidad, el gobierno atravesó un desgaste feroz, que lo dejó al borde del abismo con la derrota de ayer. ¿Hay confianza en los círculos de poder sobre que Milei pueda navegar estos meses que quedan hasta octubre? O incluso más allá, ¿Hay confianza en que este gobierno pueda terminar su mandato?, hoy los mercados no dieron una respuesta positiva, con una caída del 12% del índice del Merval, y un dólar en suba, el escenario es cada vez peor, la incógnita que queda entonces es: cuánto más puede resistir la Argentina, bajo un rumbo que la mayoría ya rechazó.


La emergencia de un nuevo liderazgo.

En contraposición a la derrota del modelo de la crueldad, emergió con fuerza la figura de Axel Kicillof, quien luego de cargarse la campaña al hombro, desdoblar y participar en más de 50 actos de campaña, consiguió una victoria arrasadora y es hoy, sin duda, uno de los nuevos líderes del peronismo. Ahora, hay mucho trabajo por hacer: volver a disputas intestinas por cargos y no por ideas, nos haría caer en un error histórico y político gravísimo. Sería poco justo dejar pasar el rol fundamental de Sergio Massa en el armado Bonaerense, este fue uno de los principales actores que con gran madurez política se corrió del terreno de la disputa de cargos, y ejerció toda su vocación de poder en pos de una lista de unidad, no se puede adjudicar la victoria a una sola persona, eso está claro, pero esta victoria no se explica sin Massa. No es gratuito tampoco, en términos políticos y electorales, la ausencia de Cristina siquiera como posible candidata del distrito en donde más fuerte pisa. El proceso electoral de ayer deja en claro que sin unidad no se puede; de aquí en adelante, todas las discusiones deben darse en función del proyecto de país que vamos proponerle al pueblo argentino. Este proceso político y electoral, nos deja a militantes y dirigentes un manual de acción claro para ir en busca de la victoria en octubre de este año y también en 2027.


Vencedores vencidos.

Una vez más la realidad nos muestra lo innegable, el clivaje peronismo - antiperonismo es ineluctable. A pesar de las operaciones políticas, de los miles de millones de dólares que tengan, de los medios de comunicación, las redes sociales, los seguidores y la mar en coche, es de un nivel de ignorancia enorme dar al peronismo por muerto, más aún, cuando quienes gobiernan desconocen a su pueblo y su historia, la respuesta a eso, hoy, y siempre, será PERONISMO.


 
 
 

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